Dos horas y media de trayecto, Oporto París, espera de seis horas, para finalmente coger un vuelo de doce horas. Un vuelo plácido, sin mucha turbulencia, para empezar a desconectar de la rutina, de lo de siempre, empieza una nueva etapa, aventura. Después del confortable sueño, toca bajar del avión a nuestro querido destino, pero tenemos una sorpresa de bienvenida.
La primera respiración que realizan nuestros pulmones, deseamos aire fresco, lo necesitamos, pero la realidad es diferente, la primera inhalada entra como una bocanada de aire caliente, denso, asfixiante por todos nuestros pulmones, en vez de dar vida nos la arrebata.
Nos transladamos en barco hasta nuestra isla, la brisa nos acompaña, nos da un break en este asfixiante y caluroso lugar. Llegamos y todo es asombro. La selva nos hipnotiza, la gente, cada pequeño detalle.
Disfrutamos del primer día como niños en un parque de bolas, el sol, la arena, el mar caliente, todo es un cóctel exquisito y delicioso.
Terminamos con música en directo, tomando un zumo típico y disfrutando de esta pequeña isla que nos ha acogido con mucho amor el primer día.
P.D.: Muchísimas gracias por leerme, si queréis saber mas de esta locura de persona, SEGUIRME, prometo seguir escribiendo y expresar lo que se me venga por esta cabecita loca, gracias por perder un ratito con estas palabras, pasa muy buen día, disfrútalo, mil besitos!❤️
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