Investigación profunda, como si fuera un arqueólogo, Indiana Jons en una de sus películas, una trepidante Lara Croft en una de sus aventuras. Me adentro en la inmensidad de sus ojos, me pierdo en sus posibles pensamientos y me derrumban sus palabras. Me enfrasco en mis maravillosas ilusiones bien construidas, en mi realidad formada por posibles realidades que se quedan en pequeños e imaginables pensamientos comparándolas con la realidad que nos ataña.
Misteriosos son estos mundos por los que me decanto trasnochar, pues en ellos me puedo perder y no volver a la realidad. De un rebaño de ovejas, ante la posibilidad de peligro inminente, inyectar asiento impulsor hacia la realidad, mas ganas me dan de no volver, de quedarme aquí. Donde el universo es un millón de posibilidades donde no habita el rencor ni la avaricia, donde los villanos no son tan villanos ni los héroes visten con capa y mayas.
Pero una vez mas por molesto que parezca y tortuoso que sea, tengo que volver regresar a la realidad efímera realidad.
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