Mi hada madrina esta noche brilla. Me descubre un mundo de pequeñas criaturas inhóspitas. En los momentos más casuales pueden ocurrir cosas impresionantes. Pongámonos en situación. Centro de la ciudad, una mirada, unas palabras igual a una limusina, una botella de champán, la noche empieza bien. El local brilla con un ambiente blanquecino. Como si a una isla del mediterráneo nos transportaran. La música se dispersa en el ambiente, por todos los lados las sonrisas brillan. La felicidad se siente y la noche sigue. Local tras local, la sensación de alegría no desaparece.
No sé como las noches pueden pasar tan rápido, tan fugaces, tan efímeras, tan momentáneas; semejante a un parpadeo. En el instante previo al cerrar los ojos, te encuentras tan plácidamente, en tu zona de confort, empezando la noche. Pero, en cuanto los parpados se tocan y abres los ojos. Pasas de ese instante a ese otro en el cual tu cerebro no es capaz de coordinarse con tu boca. Un millón de neuronas perdieron su formación y se dispersan de sus misiones en los peores momentos. En los que quieres elaborar una misera oración y lo único que produces es una risa constante.
El alcohol que recorre tu cuerpo te impulsa a bailar y danzar. A intentar tener conversaciones en donde solo se escucha el sonido que producen el innumerable numero de altavoces que hay por metro cuadrado en ese local tan pequeño. Pero sin saber como ha pasado, la puerta de salida se asoma tímidamente. En el instante en que miramos la hora nos damos cuenta de que ya ha terminado la noche. El momento de coger un taxi se aferra a nosotros.
Gracias por esta clase de noches.
P.D.: Muchísimas gracias por leerme, si queréis saber mas de esta locura de persona, SEGUIDME, prometo seguir escribiendo y expresar lo que se me venga por esta cabecita loca, gracias por perder un ratito con estas palabras, pasa muy buen día, disfrútalo, mil besitos!❤